DÍA MUNDIAL DE PREVENCIÓN DEL SUICIDIO

Al pensar en el suicidio, siempre viene a mí la sensación de sufrimiento y desesperación.

Siento que en casi siempre, por no decir siempre, es el deseo de dejar de sufrir es el que se impone y me empuja aunque yo no quiera, es como una fuerza, que sin preguntarme, me lleva a hacer.

Si fuera libre para elegir…si mi deseo de descansar a ese dolor que me oprime no fuese tan enorme, tan envolvente y tan impulsivo, y yo, aunque sea sólo por un momento pudiese recostarme en el descanso de saber que todo pasará y vendrán tiempos mejores, auque solo fuese un momento, ya no me vería obligada a hacerlo, por que en el fondo sé, que me arrepentiré de ello y que mi vida me pertenece.

Cada año 3.500 personas se suicidan en España, es la primera causa de muerte “accidental”, por encima de los accidentes de tráfico, y aún así un tabú, una vergüenza que escondemos, porque pone de manifiesto nuestro fracaso como sociedad.

Me pregunto, ¿Es posible suicidarse libremente?, pues no conozco a nadie que se suicidara de alegría.

Supongo que el principal deseo del suicida, es evitar el sufrimiento, dejar de sufrir, aunque para cada quien, el sufrimiento está escondido en un lugar diferente, el sentimiento duele igual en todos los cuerpos.

Cuando el dolor es tan grande que opaca todo lo demás y movido él, sólo pensamos escapar a el dolor que me separa del mundo, me limita, me comprime y me pone al límite.

¿Qué opciones tenemos frente al dolor?

Sólo una que nos ayude, afrontarlo y transmutarlo, la vida es una madre muy firme, que por cada beso que nos da, nos envía unas cuantas lecciones para aprender, porque de eso se trata, de aprender cada día un poquito sobre nosotros mismos y dónde hayamos nuestra felicidad para salir a buscarla y en ese camino de buscarla, ya ser felices.

Una persona que sufre, se ha convencido de que no se puede hacer nada con el dolor y este sufrimiento, que supera sus capacidades actuales, solo puede sentir el dolor, y lo ve más grande que a él mismo, por consiguiente sólo piensa en huir de él.

Pero el dolor es un sentimiento, una parte de nosotros, no somos sólo eso. Hay otra forma que no sólo es evitarlo, es CONOCERLO, plasmarlo y compensarlo. Pensar en todo lo que me queda, en la parte que no es dolor, por pequeña que parezca en ese momento.

Vivimos en una cultura y una sociedad que nos enseña a escapar del dolor y nos muestra una “vida ideal”, que apenas nadie logra conseguir y vivimos corriendo tras un sueño que nunca se hace real, pues nuestra visión de la realidad es una imagen parcial, y en tanto no reconozcamos que el dolor forma parte de ella, con el mismo derecho que las demás sensaciones, no viviremos una vida completa, incluyendo y superando las adversidades.

Pensamos que “no vale la pena vivir así”, y esto es un prejuicio,  y yo me pregunto, ¿Y qué vida si vale la pena?

Creo que nuestra mejor opción para superar esto a nivel personal y social, es acompañar a los que sufren a expresar su dolor. Alguien que sufre, no pide ayuda porque está sufriendo, pero sí podemos acercarnos de fuera a su dolor y preguntarle:  oye, y tú, qué necesitas?

Mi más profundo apoyo a todas las personas que sufren en silencio porque no quieren vivir, a los que dejaron de vivir por ese dolor y los que quedaron llorando su ausencia.

Si estás sufriendo, quiero decirte algo: Hay solución. No estás sol@

https://suicidios.info/ayuda-para-suicidas/

Voy a dormir

Alfonsina Storni

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes…
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
le dices que no insista, que he salido…

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